POESÍA INOLVIDABLE

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sábado, 5 de julio de 2014

EL NIÑITO NEGRO

 
Mi madre me parió en el sur agreste,
Y soy negro, pero ¡oh!, mi alma es blanca;
Blanco como un ángel es el niño inglés,
Pero yo soy negro, como carente de luz.

Mi madre me instruía debajo de un árbol,
Y sentándose antes de que se calentara el día,
Me colocó sobre su falda y me besó,
Y señalando al este, empezó a decir:
"Mira hacia el sol naciente: allí vive Dios,
Y brinda su luz, y distribuye su calor;
Y flores y árboles, bestias y hombres reciben
Alivio por la mañana y júbilo al mediodía.

Y por corto espacio somos puestos en la tierra,
Para que aprendamos a sobrellevar los rayos del amor;
Y estos cuerpos negros y este rostro tostado
Son apenas una nube, como una arboleda sombría.

Pues cuando nuestras almas aprendan a sobrellevar el calor,
La nube se disolverá; oiremos su voz
Diciendo: 'Salid de la arboleda, mis muy amados,
Y en torno de mi morada dorada, disfrutad como corderos".

Eso me dijo mi madre, y me besó,
Y así se lo digo al niñito inglés:
Cuando yo de la nube negra y él de la nube blanca nos libremos,
Y disfrutemos como corderos en la morada de Dios,
Le protegeré del calor hasta que pueda tolerarlo
Y se apoye jubiloso sobre la rodilla de nuestro padre;
Y entonces estaré erguido y palmearé su cabello plateado,
Y seré como él, y entonces por él seré amado.

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sábado, 5 de julio de 2014

EL NIÑITO NEGRO

 
Mi madre me parió en el sur agreste,
Y soy negro, pero ¡oh!, mi alma es blanca;
Blanco como un ángel es el niño inglés,
Pero yo soy negro, como carente de luz.

Mi madre me instruía debajo de un árbol,
Y sentándose antes de que se calentara el día,
Me colocó sobre su falda y me besó,
Y señalando al este, empezó a decir:
"Mira hacia el sol naciente: allí vive Dios,
Y brinda su luz, y distribuye su calor;
Y flores y árboles, bestias y hombres reciben
Alivio por la mañana y júbilo al mediodía.

Y por corto espacio somos puestos en la tierra,
Para que aprendamos a sobrellevar los rayos del amor;
Y estos cuerpos negros y este rostro tostado
Son apenas una nube, como una arboleda sombría.

Pues cuando nuestras almas aprendan a sobrellevar el calor,
La nube se disolverá; oiremos su voz
Diciendo: 'Salid de la arboleda, mis muy amados,
Y en torno de mi morada dorada, disfrutad como corderos".

Eso me dijo mi madre, y me besó,
Y así se lo digo al niñito inglés:
Cuando yo de la nube negra y él de la nube blanca nos libremos,
Y disfrutemos como corderos en la morada de Dios,
Le protegeré del calor hasta que pueda tolerarlo
Y se apoye jubiloso sobre la rodilla de nuestro padre;
Y entonces estaré erguido y palmearé su cabello plateado,
Y seré como él, y entonces por él seré amado.

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