Como el olor de la
mañana, tus pasos se me acercaban, y te recibìa Nina con ladridos de emociòn, sabiendo que te aguardaba.
Un beso càlido de tu corazón emanaba, y ya el café nos esperaba,
todos los días benditos de aquellos tiempos hermosos, en que mi padre y yo compartíamos lazos de amor infinitos.
Oh! padre, cuanto duele tu ausencia, si no fuera
porque sè, que algún dìa te verè, no tendría consuelo mi alma, hoy hace ya nueve
años de tu partida, y tu recuerdo será hasta mi próxima vida.
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