POESÍA INOLVIDABLE

POESÍA INOLVIDABLE

viernes, 31 de julio de 2009

PARA TÍ HOMBRE INMORTAL


Padre tú espíritu tiene la gracia de una mariposa,
 allende el universo infinito.
 Transmitiste siempre alegría primaveral,
 fuiste por muchos años mí consejero y amigo.

Como olvidar las mañanas que venías a tomar café conmigo,
 qué días tan inolvidables para mí,
 y tu incomparable ayuda para hacer las hallacas;
 y las horas que dedicamos a la música y poesía.

 Todo ese tiempo maravilloso, compartido con mi padre,
 es y será siempre el activo que llevaré conmigo hasta el final de mi vida...



sábado, 25 de julio de 2009

REIR LLORANDO

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirlo le decía:
 "Eres el más gracioso de la tierra,
 y más feliz..." y el cómico reía.


Víctimas del spleen, los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.

-Viajad y os distraeréis. -¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad. -¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer. -¡Si soy amado!
-Un título adquirid. -¡Noble he nacido!

-¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas.
-¿De lisonjas gustáis? -¡Tantas escucho!
-¿Qué tenéis de familia? -Mis tristezas.
-¿Vais a los cementerios? -Mucho... mucho.

-De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos:
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos, mis verdugos.

Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal, y no debe acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".
-¿A Garrik? -Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡Tiene una gracia artística asombrosa!
-¿Y a mí me hará reír? -¡Ah! sí, os lo juro;
Él sí; nada más él; más... ¿qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.

lunes, 20 de julio de 2009

GRATIA PLENA


GRATIA PLENA
Amado Nervo (mexicano)

Todo en ella encantaba, todo en ella atraía su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar... El ingenio de Francia de su boca fluía. Era llena de gracia, como el Avemaría. ¡Quien la vió, no la pudo ya jamás olvidar!


Ingenua como el agua, diáfana como el día, rubia y nevada como Margarita sin par, el influjo de su alma celeste amanecía... Era llena de gracia, como el Avemaría. ¡Quien la vió, no la pudo ya jamás olvidar!


Cierta dulce y amable dignidad la investía de no sé qué prestigio lejano y singular. Más que muchas princesas, princesa parecía. Era llena de gracia como el Avemaría. ¡Quien la vió, no la pudo ya jamás olvidar!


Yo gocé el privilegio de encontrarla en mi vía dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar y cadencias arcanas halló mi poesía. Era llena de gracia como el Avemaría. ¡Quien la vió, no la pudo ya jamás olvidar!


¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diez años fue mía; pero flores tan bellas nunca pueden durar! ¡Era llena de gracia, como el Avemaría, y a la Fuente de gracia, de donde procedía, se volvió... como gota que se vuelve a la mar!

lunes, 13 de julio de 2009

LA LEYENDA DEL HORCÓN



Llovía torrencialmente,y en la estancia del Horcón, como adornando el fogón, estaba toda la gente. Dijo un viejo de repente: "Les voy a contar un cuento. Aura que el agua y el viento traían a la memoria mía cosas que naide sabía y que yo diré al momento.
Tal vez tenga que luchar con más de un inconveniente pa que resista la mente el cuento sin lagrimear, pero Dios, que supo dar paciencia a mi corazón, tal vez venga esta ocasióna alumbrar con su reflejo el alma del gaucho viejo que ya le espera el cajón.

No se asusten si mi cuento les recuerda en este día algo que ya no podía ocultar mi sentimiento. Vuelquen todos un momento la memoria en la pasao, que allí verán retratao, con tuitos sus pormenores, una tragedia de amores que el silencio ha sepultao.
Hay cosas que yo no puedo detallar como es debido: unas, porque se han perdido y otras, porque tengo miedo; pero ya que en el enriedo los metí, pido atención, que, si la imaginación me ayuda en este momento, conocerán por mi cuento LA LEYENDA DEL HORCÓN.

Alcancenmén un amargo pa que suavise mi pecho, que voy a dentrar derecho al asunto, porque es largo; haré juerza, sin embargo, llegar hasta el final, y si atiende cada cual con espíritu sereno, verán como un hombre güeno llegó a hacerse criminal.
Setenta años quién diría que vivo aquí en estos pagos, sin conocer más halagos que la gran tristeza mía; setenta años no es un día, pueden tenerlo por cierto, pues si mis dichas han muerto, aura tengo la virtud de ser pa esta juventud lo mesmo que un libro abierto."

Iban a golpear las manos por lo que el viejo decía, pero una lágrima fría les detuvo a los paisanos. "Hay sentimientos humanos- dijo el viejo conmovido- que los años con su ruido no borran de mi memoria, y este cuento es una historia que pa mi no tiene olvido.
Allá en mis años de mozo , y perdonen la distancia, sucedió que en esta estancia hubo un crimen misterioso. En un alazán precioso llegó aquí un desconocido, mozo lido, muy cumplido, que al hablar con el patrón quedó en la estancia de pión, siendo dispués muy querido.

Al poco tiempo nomás el amor le picotió, y el mocito se casó con la hija del capataz; todo marchaba al compás de la dicha y del amor, y pa grandeza mayor, dios le mandó con cariño, un blanco y hermoso niño más bonito que una flor.

Iban pasando los años muy felices en su choza: ella, alegre y güena moza; él, fuerte y sin desengaños. Pero misterios extraños llegaron... y la traición deshizo del mocetón sus más queridos anhelos, y el fantasma de los celos se clavó en su corazón.

Aguantó el hombre callao hasta dar con la evidencia, y un día fingió una ausencia que jamás había pensao. Dijo que tenía un ganao que llevar pa la tablada, que era una güena bolada pa ganarse algunos pesos, y así entre risas y besos, se despidió de su amada.

A la una de la mañana del otro día justamente, llegó el hombre de repente convertido en fiera humana; de un golpe hechó la ventana el suelo en mil pedazos, y avanzando a grandes pasos, ciego de rabia y dolor, vio que su único amor descansaba en otros brazos.

Como un sordo movimiento en seguida se sintió; después un cuerpo cayó, y otro cuerpo en el momento; ni un quejido ni un lamento salió de la habitación; y pa concluir su misión cuando los vió difuntos, los enterró a los dos juntos allá donde está ese horcón.

En la estancia se sabía que la ingrata lo engañaba, pero a él naide le contaba la disgracia en que vivía; por eso la Polecía no hizo caso mayormente, pues dijeron: "La inocente se jue con su gavilán...,y en cambio, los dos están descansando eternamente."
-¡Ahijuna!-gritó un paisano-, si es así lo que habla el viejo, ¡ése era un macho, canejo! ¡Yo le besaría la mano!...-Yo soy- le gritó el anciano-,¡Venga, m'hijo, bésame!...Yo fui, m'hijo, el que maté a tu madre disgraciada, porque en la cama abrazada con otro hombre la encontré.

-Hizo bien, tata querido- gritó el hijo sin encono-; venga, viejo lo perdono por lo que tanto ha sufrido; por aura, tata, le pido que no la maldiga más, que si jue mala y audaz, por mí, perdónala, padre ,que una madre siempre es madre. ¡Déjela que duerma en paz!...

Los dos hombres se abrazaron como nunca lo habían hecho; juntando pecho con pecho, como dos niños lloraron; padre e hijo se besaron, pero con tal sentimiento, que el humano pensamiento no pudo pintar ahora la escena conmovedora de aquel trágico momento.

Los ojos de aquella gente con el llanto se inundaron, y todos mudos quedaron bajo un silencio imponente; volvió a decir nuevamente:- Allí están, en el horcón. Y poniendo el corazón el anciano en lo que dijo, le pidió perdón al hijo y el hijo le dió perdón.

domingo, 12 de julio de 2009

LA HILANDERA


Dijo el hombre a la Hilandera a la puerta de su casa:
Hilandera, estoy cansado, dejé la piel en las zarzas,
 tengo sangradas las manos, tengo sangradas las plantas;
 en cada piedra caliente dejé un retazo del alma;
 tengo hambre, tengo fiebre, tengo sed…,
 la vida es mala.

Hila una venda, Hilandera, hila una venda tan larga
 que no te quede más lino; ponme la venda en la cara
, cúbreme tanto los ojos que ya no pueda ver nada,
 que no se vea en la noche ni un rayo de vida mala.

Y contestó la Hilandera:
Aguarda.

Hilo tanto la Hilandera, que las manos le sangraban.
Y se pintaba de sangre la larga venda que hilaba.
Ya no le quedó más lino, y la venda roja y blanca,
 puso en los ojos del hombre, que ya no pudo ver nada.

Pero después de unos días, el hombre le preguntaba:
-¿Dónde te fuiste, Hilandera, que ni siquiera me hablas?
¿Qué hacías en estos días, qué hacías y dónde estabas?

Y contestó la Hilandera: Hilaba.

Y un día vió la Hilandera que el hombre ciego lloraba;
 ya estaba la espesa venda atravesada de lágrimas;
 una gota cristalina de cada ojo manaba.

Y el hombre dijo:
Hilandera,

¡te estoy mirando a la cara!
¡Qué bien se ve todo el mundo por el cristal de las lágrimas!
Los caminos están frescos, los campos verdes de agua;
 hay un iris en las cosas que me las llena de gracia.

La vida es buena, Hilandera, la vida no tiene zarzas;
¡quítame la larga venda que me pusiste en la cara!

Y ella le quitó la venda, y la Hilandera lloraba,
 y se estuvieron mirando por el cristal de las lágrimas.

 Y el amor, entre sus ojos hilaba...

viernes, 31 de julio de 2009

PARA TÍ HOMBRE INMORTAL


Padre tú espíritu tiene la gracia de una mariposa,
 allende el universo infinito.
 Transmitiste siempre alegría primaveral,
 fuiste por muchos años mí consejero y amigo.

Como olvidar las mañanas que venías a tomar café conmigo,
 qué días tan inolvidables para mí,
 y tu incomparable ayuda para hacer las hallacas;
 y las horas que dedicamos a la música y poesía.

 Todo ese tiempo maravilloso, compartido con mi padre,
 es y será siempre el activo que llevaré conmigo hasta el final de mi vida...



sábado, 25 de julio de 2009

REIR LLORANDO

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirlo le decía:
 "Eres el más gracioso de la tierra,
 y más feliz..." y el cómico reía.


Víctimas del spleen, los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.

-Viajad y os distraeréis. -¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad. -¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer. -¡Si soy amado!
-Un título adquirid. -¡Noble he nacido!

-¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas.
-¿De lisonjas gustáis? -¡Tantas escucho!
-¿Qué tenéis de familia? -Mis tristezas.
-¿Vais a los cementerios? -Mucho... mucho.

-De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos:
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos, mis verdugos.

Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal, y no debe acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".
-¿A Garrik? -Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡Tiene una gracia artística asombrosa!
-¿Y a mí me hará reír? -¡Ah! sí, os lo juro;
Él sí; nada más él; más... ¿qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.

lunes, 20 de julio de 2009

GRATIA PLENA


GRATIA PLENA
Amado Nervo (mexicano)

Todo en ella encantaba, todo en ella atraía su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar... El ingenio de Francia de su boca fluía. Era llena de gracia, como el Avemaría. ¡Quien la vió, no la pudo ya jamás olvidar!


Ingenua como el agua, diáfana como el día, rubia y nevada como Margarita sin par, el influjo de su alma celeste amanecía... Era llena de gracia, como el Avemaría. ¡Quien la vió, no la pudo ya jamás olvidar!


Cierta dulce y amable dignidad la investía de no sé qué prestigio lejano y singular. Más que muchas princesas, princesa parecía. Era llena de gracia como el Avemaría. ¡Quien la vió, no la pudo ya jamás olvidar!


Yo gocé el privilegio de encontrarla en mi vía dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar y cadencias arcanas halló mi poesía. Era llena de gracia como el Avemaría. ¡Quien la vió, no la pudo ya jamás olvidar!


¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diez años fue mía; pero flores tan bellas nunca pueden durar! ¡Era llena de gracia, como el Avemaría, y a la Fuente de gracia, de donde procedía, se volvió... como gota que se vuelve a la mar!

lunes, 13 de julio de 2009

LA LEYENDA DEL HORCÓN



Llovía torrencialmente,y en la estancia del Horcón, como adornando el fogón, estaba toda la gente. Dijo un viejo de repente: "Les voy a contar un cuento. Aura que el agua y el viento traían a la memoria mía cosas que naide sabía y que yo diré al momento.
Tal vez tenga que luchar con más de un inconveniente pa que resista la mente el cuento sin lagrimear, pero Dios, que supo dar paciencia a mi corazón, tal vez venga esta ocasióna alumbrar con su reflejo el alma del gaucho viejo que ya le espera el cajón.

No se asusten si mi cuento les recuerda en este día algo que ya no podía ocultar mi sentimiento. Vuelquen todos un momento la memoria en la pasao, que allí verán retratao, con tuitos sus pormenores, una tragedia de amores que el silencio ha sepultao.
Hay cosas que yo no puedo detallar como es debido: unas, porque se han perdido y otras, porque tengo miedo; pero ya que en el enriedo los metí, pido atención, que, si la imaginación me ayuda en este momento, conocerán por mi cuento LA LEYENDA DEL HORCÓN.

Alcancenmén un amargo pa que suavise mi pecho, que voy a dentrar derecho al asunto, porque es largo; haré juerza, sin embargo, llegar hasta el final, y si atiende cada cual con espíritu sereno, verán como un hombre güeno llegó a hacerse criminal.
Setenta años quién diría que vivo aquí en estos pagos, sin conocer más halagos que la gran tristeza mía; setenta años no es un día, pueden tenerlo por cierto, pues si mis dichas han muerto, aura tengo la virtud de ser pa esta juventud lo mesmo que un libro abierto."

Iban a golpear las manos por lo que el viejo decía, pero una lágrima fría les detuvo a los paisanos. "Hay sentimientos humanos- dijo el viejo conmovido- que los años con su ruido no borran de mi memoria, y este cuento es una historia que pa mi no tiene olvido.
Allá en mis años de mozo , y perdonen la distancia, sucedió que en esta estancia hubo un crimen misterioso. En un alazán precioso llegó aquí un desconocido, mozo lido, muy cumplido, que al hablar con el patrón quedó en la estancia de pión, siendo dispués muy querido.

Al poco tiempo nomás el amor le picotió, y el mocito se casó con la hija del capataz; todo marchaba al compás de la dicha y del amor, y pa grandeza mayor, dios le mandó con cariño, un blanco y hermoso niño más bonito que una flor.

Iban pasando los años muy felices en su choza: ella, alegre y güena moza; él, fuerte y sin desengaños. Pero misterios extraños llegaron... y la traición deshizo del mocetón sus más queridos anhelos, y el fantasma de los celos se clavó en su corazón.

Aguantó el hombre callao hasta dar con la evidencia, y un día fingió una ausencia que jamás había pensao. Dijo que tenía un ganao que llevar pa la tablada, que era una güena bolada pa ganarse algunos pesos, y así entre risas y besos, se despidió de su amada.

A la una de la mañana del otro día justamente, llegó el hombre de repente convertido en fiera humana; de un golpe hechó la ventana el suelo en mil pedazos, y avanzando a grandes pasos, ciego de rabia y dolor, vio que su único amor descansaba en otros brazos.

Como un sordo movimiento en seguida se sintió; después un cuerpo cayó, y otro cuerpo en el momento; ni un quejido ni un lamento salió de la habitación; y pa concluir su misión cuando los vió difuntos, los enterró a los dos juntos allá donde está ese horcón.

En la estancia se sabía que la ingrata lo engañaba, pero a él naide le contaba la disgracia en que vivía; por eso la Polecía no hizo caso mayormente, pues dijeron: "La inocente se jue con su gavilán...,y en cambio, los dos están descansando eternamente."
-¡Ahijuna!-gritó un paisano-, si es así lo que habla el viejo, ¡ése era un macho, canejo! ¡Yo le besaría la mano!...-Yo soy- le gritó el anciano-,¡Venga, m'hijo, bésame!...Yo fui, m'hijo, el que maté a tu madre disgraciada, porque en la cama abrazada con otro hombre la encontré.

-Hizo bien, tata querido- gritó el hijo sin encono-; venga, viejo lo perdono por lo que tanto ha sufrido; por aura, tata, le pido que no la maldiga más, que si jue mala y audaz, por mí, perdónala, padre ,que una madre siempre es madre. ¡Déjela que duerma en paz!...

Los dos hombres se abrazaron como nunca lo habían hecho; juntando pecho con pecho, como dos niños lloraron; padre e hijo se besaron, pero con tal sentimiento, que el humano pensamiento no pudo pintar ahora la escena conmovedora de aquel trágico momento.

Los ojos de aquella gente con el llanto se inundaron, y todos mudos quedaron bajo un silencio imponente; volvió a decir nuevamente:- Allí están, en el horcón. Y poniendo el corazón el anciano en lo que dijo, le pidió perdón al hijo y el hijo le dió perdón.

domingo, 12 de julio de 2009

LA HILANDERA


Dijo el hombre a la Hilandera a la puerta de su casa:
Hilandera, estoy cansado, dejé la piel en las zarzas,
 tengo sangradas las manos, tengo sangradas las plantas;
 en cada piedra caliente dejé un retazo del alma;
 tengo hambre, tengo fiebre, tengo sed…,
 la vida es mala.

Hila una venda, Hilandera, hila una venda tan larga
 que no te quede más lino; ponme la venda en la cara
, cúbreme tanto los ojos que ya no pueda ver nada,
 que no se vea en la noche ni un rayo de vida mala.

Y contestó la Hilandera:
Aguarda.

Hilo tanto la Hilandera, que las manos le sangraban.
Y se pintaba de sangre la larga venda que hilaba.
Ya no le quedó más lino, y la venda roja y blanca,
 puso en los ojos del hombre, que ya no pudo ver nada.

Pero después de unos días, el hombre le preguntaba:
-¿Dónde te fuiste, Hilandera, que ni siquiera me hablas?
¿Qué hacías en estos días, qué hacías y dónde estabas?

Y contestó la Hilandera: Hilaba.

Y un día vió la Hilandera que el hombre ciego lloraba;
 ya estaba la espesa venda atravesada de lágrimas;
 una gota cristalina de cada ojo manaba.

Y el hombre dijo:
Hilandera,

¡te estoy mirando a la cara!
¡Qué bien se ve todo el mundo por el cristal de las lágrimas!
Los caminos están frescos, los campos verdes de agua;
 hay un iris en las cosas que me las llena de gracia.

La vida es buena, Hilandera, la vida no tiene zarzas;
¡quítame la larga venda que me pusiste en la cara!

Y ella le quitó la venda, y la Hilandera lloraba,
 y se estuvieron mirando por el cristal de las lágrimas.

 Y el amor, entre sus ojos hilaba...

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