Cruza callada, y son
sus movimientos
silenciosa armonía:
suenan sus pasos, y
al sonar recuerdan
del himno alado la
cadencia rítmica.
Los ojos entreabre,
aquellos ojos
tan claros como el
día,
y la tierra y el
cielo, cuando abarcan,
arden con nueva luz
en sus pupilas.
Ríe, y su carcajada
tiene notas
del agua fugitiva;
llora, y es cada
lágrima un poema
de ternura infinita.
Ella tiene la luz,
tiene el perfume,
el color y la línea,
la forma,
engendradora de deseos,
la expresión, fuente
eterna de poesía.
¿Que es estúpida?
¡Bah! Mientras callando
guarde oscuro el
enigma,
siempre valdrá lo que
yo creo que calla
más que lo que
cualquiera otra me diga.