ni al ser que amo un ídolo, tampoco;
porque siempre que entono una armonía
un solo objeto sin cesar evoco.
Puro como hoy mi amor, será mañana,
pues es constante por su propia esencia;
mi verso a la constancia así se hermana
que él con mi amor no tiene diferencia.
“Bondad, virtud, belleza”, ese es mi argumento;
“Bondad, virtud, belleza”, y no he variado
sino en las notas de mi amante acento
tres temas que uno solo así han formado.
“Bondad, virtud, belleza”, al fin ahora,
un solo hogar de amor atesora.