POESÍA INOLVIDABLE

POESÍA INOLVIDABLE

viernes, 10 de marzo de 2017

MI PRIMER PACIENTE

Era una mañana de primavera 
y muchos aromas había en el ambiente 
cuando al sonar la hora primera 
tocó a la puerta mi primer paciente.

Una pobre mujer desesperada 
con un niño en brazos me miró de fijo 
y suplicó con palabra entrecortada: 
“doctor, doctor, salve a mi hijo”.

Un tierno retoño de cara angelical 
posaba en su regazo inconsciente 
denotando al parecer un grave mal 
que atacó su organismo de repente.

Examiné a la criatura con paciencia 
como un experto jardinero a su huerto, 
pero nada podía hacer mi ciencia 
porque aquel niño ya estaba muerto.

Un nudo forjose en mi garganta 
deteniendo el sonido de mi voz, 
su tragedia adivinó aquella santa 
y en silencio compartimos el dolor los dos.

Hoy, al recordar aquella madre y a su hijo 
que inútilmente mi ciencia atendiera 
de hinojos oré ante el crucifijo, 
y lloré, sin que nadie me viera…

viernes, 10 de marzo de 2017

MI PRIMER PACIENTE

Era una mañana de primavera 
y muchos aromas había en el ambiente 
cuando al sonar la hora primera 
tocó a la puerta mi primer paciente.

Una pobre mujer desesperada 
con un niño en brazos me miró de fijo 
y suplicó con palabra entrecortada: 
“doctor, doctor, salve a mi hijo”.

Un tierno retoño de cara angelical 
posaba en su regazo inconsciente 
denotando al parecer un grave mal 
que atacó su organismo de repente.

Examiné a la criatura con paciencia 
como un experto jardinero a su huerto, 
pero nada podía hacer mi ciencia 
porque aquel niño ya estaba muerto.

Un nudo forjose en mi garganta 
deteniendo el sonido de mi voz, 
su tragedia adivinó aquella santa 
y en silencio compartimos el dolor los dos.

Hoy, al recordar aquella madre y a su hijo 
que inútilmente mi ciencia atendiera 
de hinojos oré ante el crucifijo, 
y lloré, sin que nadie me viera…

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