POESÍA INOLVIDABLE

POESÍA INOLVIDABLE

lunes, 24 de mayo de 2010

MADRE



Madre: flor de dolor,
lirio angustiado
en la cruz del amor crucificado
como el sagrado
cuerpo del señor.

Madre: son de canción,
céfiro blando.,
tu nombre celestial me está cantando
en un claro rincón
del corazón.

Madre: sabor de amor:
dime qué tienen
tus blancas manos pálidas
que pueden suavizar mis asperezas,
y en el dulce fervor de las plegarias
son bálsamo de todas mis tristezas...

Madre: fulgor de amor rayo divino,
tu le das a mi afán de peregrino
la luz que alumbra el lóbrego camino
por donde llevo a cuestas mi dolor...

Madre: luz y alegría.,
¡oh santa madre mía!,
con tus labios piadosos
secas mi llanto de melancolía.
no se qué tiene tus benditos labios
que borran desagravios cuando besas,
y me enseñan más ciencia que los sabios
si una oración por el que sufre rezas.
El lirio puro de mi charca inmunda,
que ha hecho blanca mi noche tenebrosa,
madre, madre, tú has sido.

Y cuando yo por otros he sufrido,
lo has sufrido por mí, madre piadosa.
Y cuando vistes que mi incierto paso
vacilaba en la senda de mi vida,
se levantó la línea de tu brazo
señalándome el bien, ¡madre querida!

Madre: fulgor y rayo, amor y luz.,
bálsamo claro de mi triste infancia,
caricia en mi doliente juventud.

Madre:
Sé lluvia en mi desierto, escancia,
en el afán voraz de mi inquietud,
la dulce esencia, la palabra de oro
que alumbrará mi noche con tu luz,
y anegará mi vida en la fragancia
de tu alma luminosamente azul.

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lunes, 24 de mayo de 2010

MADRE



Madre: flor de dolor,
lirio angustiado
en la cruz del amor crucificado
como el sagrado
cuerpo del señor.

Madre: son de canción,
céfiro blando.,
tu nombre celestial me está cantando
en un claro rincón
del corazón.

Madre: sabor de amor:
dime qué tienen
tus blancas manos pálidas
que pueden suavizar mis asperezas,
y en el dulce fervor de las plegarias
son bálsamo de todas mis tristezas...

Madre: fulgor de amor rayo divino,
tu le das a mi afán de peregrino
la luz que alumbra el lóbrego camino
por donde llevo a cuestas mi dolor...

Madre: luz y alegría.,
¡oh santa madre mía!,
con tus labios piadosos
secas mi llanto de melancolía.
no se qué tiene tus benditos labios
que borran desagravios cuando besas,
y me enseñan más ciencia que los sabios
si una oración por el que sufre rezas.
El lirio puro de mi charca inmunda,
que ha hecho blanca mi noche tenebrosa,
madre, madre, tú has sido.

Y cuando yo por otros he sufrido,
lo has sufrido por mí, madre piadosa.
Y cuando vistes que mi incierto paso
vacilaba en la senda de mi vida,
se levantó la línea de tu brazo
señalándome el bien, ¡madre querida!

Madre: fulgor y rayo, amor y luz.,
bálsamo claro de mi triste infancia,
caricia en mi doliente juventud.

Madre:
Sé lluvia en mi desierto, escancia,
en el afán voraz de mi inquietud,
la dulce esencia, la palabra de oro
que alumbrará mi noche con tu luz,
y anegará mi vida en la fragancia
de tu alma luminosamente azul.

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