POESÍA INOLVIDABLE

POESÍA INOLVIDABLE

miércoles, 21 de octubre de 2009

GALERÓN DE LA NEGRA JUANA MARÍA



La negra Juana María,
pimpollo de tentación,
señera como la palma,
caliente como el fogón,
camino de los cantares
se va por mi corazón.

Tallada la piel reluce,
oliendo a puro melón,
a soga sin estrenarse,
a mango medio pintón,
a palo recién floriao,
a lluvia sobre terrón,
a hierba que se remoza
y a vino de garrafón.

El ritmo viene con ella,
con ella va la canción,
los ojos relampagueando
ceniza, llama y carbón;
los mismos de caña dulce,
el cutis de papelón;
la lengua conversadora,
sonrisa como algodón,
y lunas del mismo río
los senos en eclosión,
alegres como perdices,
maracas del llano son,
saltando porque no llevan
sostenes con almidón…

Cintura de cuatro nuevo
sonando de son a son,
al pie del arpa sacude
la canta y el camisón;
anima el contrapunteo,
apura el trago de ron,
y todo el patio llanero
le suena bajo el talón,
igual a como se escucha
la pólvora en el cañon,
el látigo sobre el cuero,
el cedro en el ventarrón
y el dale-que-dale a pulso
la mano sobre el pilón.

La negra Juana María,
remanso y ensoñación,
dulcita como el guarapo,
tan agria como el limón,
va de joropo en joropo,
va de peón en peón;
chaparro cuando ventea,
pisar el caballo andón,
desprecia los amoríos,
no pide ni da razón;
y cuando pasa bailando,
ceñida en el galerón,
su risa y el zapateo
me dan en el corazón.

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miércoles, 21 de octubre de 2009

GALERÓN DE LA NEGRA JUANA MARÍA



La negra Juana María,
pimpollo de tentación,
señera como la palma,
caliente como el fogón,
camino de los cantares
se va por mi corazón.

Tallada la piel reluce,
oliendo a puro melón,
a soga sin estrenarse,
a mango medio pintón,
a palo recién floriao,
a lluvia sobre terrón,
a hierba que se remoza
y a vino de garrafón.

El ritmo viene con ella,
con ella va la canción,
los ojos relampagueando
ceniza, llama y carbón;
los mismos de caña dulce,
el cutis de papelón;
la lengua conversadora,
sonrisa como algodón,
y lunas del mismo río
los senos en eclosión,
alegres como perdices,
maracas del llano son,
saltando porque no llevan
sostenes con almidón…

Cintura de cuatro nuevo
sonando de son a son,
al pie del arpa sacude
la canta y el camisón;
anima el contrapunteo,
apura el trago de ron,
y todo el patio llanero
le suena bajo el talón,
igual a como se escucha
la pólvora en el cañon,
el látigo sobre el cuero,
el cedro en el ventarrón
y el dale-que-dale a pulso
la mano sobre el pilón.

La negra Juana María,
remanso y ensoñación,
dulcita como el guarapo,
tan agria como el limón,
va de joropo en joropo,
va de peón en peón;
chaparro cuando ventea,
pisar el caballo andón,
desprecia los amoríos,
no pide ni da razón;
y cuando pasa bailando,
ceñida en el galerón,
su risa y el zapateo
me dan en el corazón.

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